El aniversario 90 de Sporting Club caló hondo en la familia roja, cuya institución recibió múltiples manifestaciones de afecto de parte de todo su arco deportivo y social.
Uno de esos mensajes de amor a la camiseta llegó desde la pluma de familiares de una de sus glorias: el “Negro” Balmaceda.
Luego de esta breve y humilde introducción, transcribimos el emocionante texto completo:
“Felices 90 años: la camiseta de Sporting de Laboulaye, un sentimiento que se convirtió en familia
La lógica imperante en mi niñez me decía que la camiseta con la que jugó mi viejo en Laboulaye era gris. Así se veía en las fotos y muchas vueltas no le dí al tema en aquel entonces porque toda la atención estaba centrada en pedir más relatos sobre las hazañas del ‘Negro’ Balmaceda -el ‘Sanjua’ o el ‘Carozo’, para otros- en el fútbol setentoso del sur de Córdoba.
Con el tiempo, en otro álbum familiar algo más moderno, descubrí que el Sporting Club de Laboulaye tenía una camiseta de color rojo. El mismo que identifica al escudo de la institución, la cual tuvimos la suerte de conocer con mis cinco hermanos en algunos de los viajes que hicimos a la tierra donde nació la Pochín Bucci, nuestra querida madre.
Precisamente ella, según la narración con la que crecí, era fanática de este equipo en el que aterrizó a comienzos de los ‘70 por caprichos del destino -y de su trabajo en el Banco Nación- Mario Humberto Balmaceda.
Dicen que mi viejo -y yo tuve la suerte de disfrutarlo y constatarlo durante muchos años- era bonachón, leal y dueño de una zurda pocas veces vista en aquellos años.
Siempre tomando de fuentes relatos, entre otros, de mi tío Jorge (Bucci), de mi vieja y hasta de Sebastián Saharrea -amigo e hijo de Hugo Saharrea, autor intelectual y ejecutivo de su fichaje por Sporting-, mi viejo marcó una época en el club. Y hasta me animo a decir que en la ciudad porque también conozco anécdotas que dicen que llegó a festejar títulos obtenidos por equipos rivales de tan buena onda que se tenía con ellos.
Y es que para él la belleza que encierra el fútbol también incluía dejar los encontronazos, las patadas y algunos que otros insultos en la cancha, y seguir cargando el don de buena persona tras el final del partido.
En mi casa, a cuatro años y monedas de su partida terrenal, el Sporting Club de Laboulaye sigue teniendo protagonismo en las charlas familiares. Y es que fue el que propició que los caminos de mis padres se cruzaran para siempre.
En nuestra sangre hay ecos de los goles que mi viejo le marcó a su querido José Monge, guardian de la valla de San Martín, y seguramente algo de amargura por los que erró ‘por compadrito’, según en análisis de la Pochín.
Hace poco días me enteré que Sporting está cumpliendo 90 años e inmediatamente me alegré, una sensación de felicidad me invadió. En ese club que está a unos 600 kilómetros y pico de nuestro San Juan está una parte muy importante de nuestro amor por el fútbol y, en especial, de la familia que nos brindaron a mis hermanos y a mí el Negro y la Pochín.
Seguramente, mi viejo también reforzaría en su cara la sonrisa que siempre tuvo al saber que la entidad que le regaló inolvidables tardes y grandes amigos está de fiesta. Sin dudas, nos hubiese vuelto a endulzar los oídos con las historias que protagonizó con Cacho Cortalezzi, Pacha Manavella, Negro Larretape, Poroto Lozano, Carlos Marro, Oscar Francitorra, Dani Pérez, Gato Di Francisco, Meco Mansilla, Gordo Revol, la Burra Galmez, Biancciotti y otros tantos que siempre llevó en su corazón.
Y también habría salido al cruce el día de su despedida con la Reserva de River, en la ya jugaba un tal J.J. López.
Y es que Sporting Club, el de la camiseta roja con la que mi viejo salió campeón y que terminé heredando, es un sentimiento que literalmente nos convirtió en familia.
Felicidades en nombre del ‘Negro’ Balmaceda, Pochín Bucci y el resto de la hinchada que tienen en la Tierra del Sol y del Buen Vino”.