Un sacerdote oriundo de la ciudad de Laboulaye fue expulsado de la Iglesia Católica tras ser acusado de abuso sexual agravado a causa de haber sido cometido contra menores de 18 años de edad.
Según determinaron los tribunales eclesiásticos argentinos, el ex cura párroco Ariel Principi perpetró este delito denunciado en el 2021, cuando ejercía su ministerio en la localidad de La Carlota.
Los supuestos hechos de vejación fueron reportados precisamente en la cabecera del departamento Juárez Celman en dicho período y elevados a la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto, la que resolvió que Principi cesara en sus funciones.
El juicio de la curia apostólica romana, con instancias análogas al proceso penal ordinario, dictaminó que el sacerdote debía ser echado y prohibírsele además el trabajo pastoral.
La decisión final llegó desde la Santa Sede en la Ciudad del Vaticano, que avaló la pena prevista por los órganos de justicia del culto en la República Argentina, con el caso sustanciado en Córdoba.
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe emitiría próximamente un comunicado oficial en este sentido.
El obispo de la diócesis riocuartense -cuya jurisdicción comprende los distritos General Roca, Juárez Celman, Presidente Roque Sáenz Peña y Río Cuarto-, monseñor Adolfo Armando Uriona, se encargó de dar a conocer públicamente el pronunciamiento canónico.
Uriona fundamentó la sentencia en la política de “tolerancia cero” implementada desde el liderazgo del Papa Francisco frente a situaciones de tal naturaleza.
El cura despedido desempeñó su cargo en parroquias del sur provincial, ellas las de La Carlota y Ucacha, teniendo residencia en Buenos Aires hace dos años.