“No es fácil, pero se puede”. Víctor Eduardo Jaime se prepara todos los días para concretar nuevamente este viaje, desde Luján a Laboulaye. Hace 15 años que realizó el último, pero se tiene fe, está bien preparado y se le notan las ganas de llevarlo a cabo.
“El viaje hace bastante que lo tengo en mi mente, pero no se daba la oportunidad por razones de trabajo. Entonces se dio ahora, gracias a mi compañera que me hace pata, que es el puntal principal para poder realizarlo. Son 520 km. más o menos, es riesgosa la ruta como está hoy en día, pero estoy físicamente bien, bien mentalizado, así que estoy practicando fuerte y me tengo fe”, contó Víctor.
Su puntal, como él dice, se llama Liliana, es su señora. Luego cuenta que: “Es la tercera vez que voy a hacer este viaje, ya lo hice dos veces llevando siempre la Virgen gaucha de Luján. La primera vez fue a mi pueblo, a la escuelita donde fui, le prometí un día que le iba a llevar la Virgen y así surge. Ahí empecé, se la llevé y hoy está en la escuelita de campo, eso fue en el año 96. El segundo viaje fue para la ciudad de Laboulaye, también le prometí que le iba a llevar la Virgen de Luján en bicicleta, eso fue en el año 99. Este tercer viaje también es una cosa muy emocionante para mí, porque voy a estar llevando la Virgencita a un campo donde mi viejo estuvo viviendo sus últimos años. Y a la dueña de ese campo, que hizo mucho por mi viejo en vida y no estando presente también, que se llama Rosita Dellafiori. Un día le dije, te prometo que te voy a llevar la Virgen en bicicleta. Así que me está esperando, ya ha hecho la gruta en el campo, está organizando todo. Estoy con todas las pilas cargadas”.
Amante de los deportes y también muy buen bailarín, continuó diciendo Víctor sobre la fecha de salida: “Se da la oportunidad de salir ese día. Yo tenía una equivocación porque creía que el 19 de marzo había asumido nuestro Papa, pero había sido el 13, el 19 dio su primera misa. Se conjugan un poco las cosas porque el día 19 es el día de San Expedito, entonces creo que estoy acompañado por muchos santos”.
Cómo programó el viaje
“Las dos veces que lo hice salí de aquí a las 6 de la mañana, en marzo, una época que no hace ni calor ni frío, llegando a Junín a las 4 de la tarde. Ahí me quedo en la casa de unos amigos, saliendo al otro día a las 6 de la mañana para llegar a Rufino que son 200 Km. más y ahí hago mi segunda parada. En Rufino fui a parar a un hospedaje y este año va a ser lo mismo. La primera vez fue en dos etapas, Junín y después Rufino, y la segunda pasé Rufino porque estaba muy preparado. Ojalá Dios quiera que esté bien y pueda pasar Rufino ahora, porque todavía llegando a las 4 de la tarde me queda mucho tiempo de luz. De todos modos, Liliana con mi hermano me van a acompañar en el auto pero al otro día. Me querían acompañar el día 19 pero yo no quiero porque es un obstáculo el auto en la ruta. Me voy a sentir más nervioso yo. Prefiero que me alcancen a mitad de camino”.
El apoyo lo tiene que tener por las dudas, siempre alguien atrás.
“Pero en los dos viajes que ya hice, la gente me apoyó mucho en el camino. Me paraban y yo les daba muchas estampitas de la Virgen, porque llevo para repartir. La gente se abría para pasarme y me alentaban, eso a uno lo ayuda para seguir. Ya tengo experiencia. Me tengo fe, voy a andar bien y es lo principal. Sólo resta que llegue el día 19 de marzo y estar partiendo para allá”.
“Voy a salir desde la Basílica, o sea salgo de casa, paso por la Basílica, le doy el saludo final a pesar de que voy a llevar todo y me van a bendecir la bicicleta antes. A la mañana me levanto tempranito, me tomo unos mates y salgo; paso por enfrente de la Basílica y ahí arranco. Un deseo que quisiera cumplir es poder sacarme una foto con Horacio Guaraní, porque la persona a que le voy a llevar la Virgen de Luján es fanática y sabiendo que está muy cerca de acá, quiero hacer todo lo posible para llevarle la foto. Simplemente una foto, no sé cómo voy a hacer, pero bueno; por ahí puedo llegar a tener la posibilidad de sacar la foto”.
Luego agradeció “a Claudia Rocha y a su marido Darío, quienes fueron los que me obsequiaron la imagen de la Virgen de Luján y agradecer a mi señora Lili, mi hermano Ricardo, que me van a acompañar en el viaje, a todos mis amigos, a todos los que me quieren y a todos los que se están enterando de una manera u otra que voy a hacer este viaje. Una idea de este viaje es ir pidiendo por todos, pero también que haya paz en el mundo. Y sobre todas las cosas que haya paz en Luján, que es tan bendito, que aflojen un poco las cosas tan feas que están pasando. Y con un poco de fe, a ver si podemos lograr salir con la familia a la calle sin tener que vivir estos momentos tan feos que se viven”.
¿Necesita algún sponsor, alguna ayuda, se lo banca solo el viaje?
Eso es lo que uno está peleando. Vamos a ver si a través de esta nota puede llegar a haber algún comerciante que tenga zapatillas, que me hacen falta. No son de ciclista, son zapatillas comunes, porque voy caminando en muchas partes. Pero bueno por ahí puede aparecer alguien que colabore.
¿Y para la bici?
Si alguno quiere también, alguna cámara no viene mal, voy a ir con cámaras porque el tubo no me conviene en este caso, porque muchas veces me he tenido que largar a la banquina y se salen los tubos por los pozos y eso. No pinché ninguna goma en ninguno de los dos viajes, me fue espectacular, pero hay que prevenir. Me faltaría eso nada más. Obviamente que uno tiene que llevar un poco de dinero para el viaje, para almorzar aunque sea livianito y para un hospedaje. Se pone medio pesadito pero si hay algún bolsillo suelto por ahí que esté dispuesto a dar una mano, mi teléfono es 15435926.
Por último, en cuanto al recorrido, dijo: “Es todo Ruta 7, porque es lo más directo. Me preguntaban si lo podría hacer o no me dejarían andar en la ruta, pienso que hay cosas más importantes que un ciclista que está haciendo una promesa, para sacarlo de la ruta. Por ahí me pueden sacar porque no está permitido, creo que el detalle más importante sería que arreglen bien las rutas. Tenés que ir mentalizado en esquivar los pozos pero nunca para el lado de la ruta porque no sabés qué puede llegar a pasar. El trayecto más peligroso que hay es de acá hasta casi llegando a Junín. Pasando Chacabuco es el tramo más peligroso por las curvas y las construcciones. Vamos a tratar en lo posible de ir con mucha cautela. Lo importante es llegar y que el tiempo me acompañe. El trayecto es difícil y estuve averiguando qué desnivel había y hay mucho, así que tengo todo en pendiente hasta Chacabuco. Lo importante es que no haya viento en contra. Se logra y se va a hacer. No es fácil, pero se puede”.
Rosita Dellafiore contó a Nexos que Víctor traerá junto a la imagen de la Virgen de Luján una de Lolita Guevea, para continuar rezando por ella. “Lo vamos a recibir en San Expedito y después a la tarde me trae la virgencita a mi casa, al campo. La imagen estará en la entrada. Acá los protagonistas son la Virgen, Víctor y Lolita, nada más”, dijo.
Fuente: Nexos - Rosita Dellafiore - http://www.semanario-presente.com.ar/
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